
Costa Rica es el principal productor de piña fresca en el mundo. El área de siembra de piña en el año 2017 fue de 44 500 hectáreas, según los datos de la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (SEPSA), adscrita al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), y cada hectárea de siembra produce 250 toneladas de tallos y hojas en desechos que deben ser eliminados para iniciar con un nuevo ciclo de cultivo.
Según investigadores de la Universidad de Costa Rica, una hectárea de piña con 60 000 plantas produce alrededor 210 000 kg de rastrojo, 13 500 kg de corona y 51 083 kg de cáscara y pulpa, para un total de 274 583 kg de remanentes que pueden ser utilizados como recurso forrajero en la alimentación de rumiantes.
La revista Piña de Costa Rica conversó con el nutricionista animal, Carlos Orozco, donde nos detalló que el ensilaje es un proceso por medio del cual se conservan recursos forrajeros, es decir, alimenticios, que pueden ser utilizados posteriormente para alimentar a los animales. Es un proceso húmedo en el cual el material conserva la mayor parte de sus características nutricionales por medio de un proceso de fermentación anaeróbica (en ausencia de oxígeno) en el cual las bacterias colonizan el material que se quiere conservar, producen ácidos que aumentan la acidez del material, y, producto de ese aumento, en la acidez el material se conserva por un tiempo más prolongado.

“Lo que debemos entender, tanto por parte del ganadero como del industrial piñero, es que se debe buscar la unión entre las dos actividades productivas. El ganadero debe entender el rol y la importancia de estos residuos o subproductos en la dieta de los animales rumiantes. Es necesario conocer estos subproductos dado que tienen diferentes dinámicas nutricionales, por ejemplo entre el rastrojo de la piña, la corona y la cáscara (pulpa), pero ganadero debe entender que puede utilizarlos pues se trata de fibras solubles o sea materiales altos en energía, que son básicamente azúcares, con un alto valor nutricional”, detalló Orozco.
Uno de los métodos más usados es el conocido como el ensilaje, el cual permite conservar cualquier material vegetal. Se coloca el material vegetal en silos, que son estructuras diseñadas para almacenar los materiales y así tener alimento disponible para los animales en épocas en que normalmente es difícil de conseguir por causa de sequías o exceso de lluvias. Así, agrega Orozco, hay productores agropecuarios que utilizan el producto del ensilaje como complemento a la dieta diaria de sus animales, lo que les permite mantener o aumentar la cantidad de animales en producción y mejorar la conversión económica de calidad de alimento a cantidad de producto obtenido, lo cual incide positivamente sobre los costos de producción de las fincas.
“El piñero, por otra parte, debe entender el valor agregado que puede darle a su producto, y crear una coyuntura de unión entre estas industrias, dado que es un desecho contaminante y el ganadero lo utiliza como alimento para su ganado. Es un encadenamiento con valor agregado, que además es un mensaje que mientras se produce alimentos de calidad mundial como piña y sus derivados, los residuos del sector no están contaminando, sino que se convierte en un producto de alto valor nutricional a otras cadenas de valor que están transformando para mejorar productos de consumo humano como la leche y carnes”, explicó el Iingeniero Carlos Orozco.
Los rumiantes (vacunos, bovinos, caprinos, bufalinos) se alimentan mediante el pastoreo (en potreros) y su alimentación se complementa con los llamados concentrados. Sin embargo, con el pastoreo hay parte del forraje que no se consume durante la época lluviosa y que en la época seca escasea. Por tanto, se ha visto que en el ensilaje de rastrojo y coronas de piña una opción que posibilita almacenar forrajes en buenas condiciones y utilizarlos en época de escasez, ya que es un procedimiento de almacenaje eficiente, fácil y barato. Los rastrojos tratados tienen un valor nutricional apto para utilizar tanto en ganado de engorde como lechero; sin embargo, su contenido de agua es alto y la proteína total es baja, por lo que deben ser utilizados como parte de una dieta balanceada.
¿Por qué trabajar con los desechos del cultivo de piña?
Primero, dar un uso a una serie de subproductos generados una vez que se da la cosecha de la piña. Una segunda línea colateral, que es contribuir con el control de la plaga de la mosca paletera (Stomoxys calcitrans), que es uno de los insectos más perjudiciales para el ganado vacuno en América, así como disminuir la contaminación que se genera por el deterioro de los remanentes vegetales.
Tradicionalmente, en las plantaciones de piña se ha acostumbrado que, una vez hecha la recolección de la piña, se corta la planta y se revuelve con la tierra como abono. Esta práctica contribuye con la proliferación de esta dañina mosca que parasita al ganado, ya que se alimenta de su sangre. Esta mosca encuentra en los desechos del cultivo de piña la fuente idónea para reproducirse debido a la humedad remanente en los rastrojos y la temperatura de las zonas donde se produce este fruto.
El proceso del ensilaje de los rastrojos implica varias capas de material vegetal a las que se agrega capas de melaza para facilitar el crecimiento de bacterias. Esas capas deben de compactarse para extraerles el aire. La mezcla hecha en uno de los diferentes tipos de silo que existen debe quedar herméticamente sellada para evitar el ingreso de oxígeno al silo, lo cual provocaría un proceso de descomposición.
Mediante diferentes estudios se ha podido aportar una información más amplia sobre subproductos de la piña, sus características y modalidades de uso a los productores agropecuarios de diferentes zonas del país, así como ofrecerles herramientas tecnológicas (paquetes de mezclas) para el ensilaje de los subproductos generados por el cultivo de piña, es decir, información sobre los principales beneficios del ensilaje de rastrojos de piña como contar con una oferta de forrajes estable a lo largo del año que les posibilita sostener la productividad y, en algunos casos, genera un aumento en la producción por finca al introducir unos cuantos animales más.
En términos del subproducto de piña, tiene la gran ventaja de que es un material muy energético que permite al animal beneficiarse y aumentar su producción individual por su bajo contenido de fibra, el alto contenido de energía de la fibra, el alto contenido de azúcares y el alto aprovechamiento animal, comparado con pastos tropicales.
Aumenta la cantidad de reses por la alianza entre la piña y el sector ganadero.
La finca Las Nubes, ubicada en Quebrada Azul de Florencia es el ejemplo del uso de subproductos de piña. Visitamos las instalaciones para conversar con Olman Briceño, ganadero y comerciante de carne angus.
Para Briceño, el silo de piña es una herramienta muy importante para el desarrollo de su ganado y que influye en la calidad de carne que produce, asimismo, el silo de piña que utiliza también lo vende pues asegura que al ser un producto tan nutritivo es utilizado por pequeños y medianos productores de la zona para mantener el ganado de leche y carne en buenas condiciones.
Manuel Aragonés, productor de leche en Sucre de Ciudad Quesada, afirma que utilizan subproductos de la piña desde hace dos años y los resultados han sido positivos porque permite mantener mayor cantidad de reses por hectárea.
La corona de la piña, puede compararse con un pasto de buena calidad según explicó Aragonés, quien mezcla el subproducto con pasto, concentrados y minerales.