Saneamiento de aguas es clave para mitigar impacto ambiental

El tratamiento de aguas residuales o depuración de aguas residuales consiste en una serie de procesos físicos, químicos y biológicos que tienen como fin eliminar los contaminantes presentes en el agua, efluente del uso humano o de otros usos.

La solución más extendida para el control de la contaminación por aguas residuales, es tratarlas en plantas donde se hace la mayor parte del proceso de separación de los contaminantes, dejando así una pequeña parte que completará la naturaleza en el cuerpo receptor. Se conocen como aguas residuales (AR), todos aquellos líquidos que han sido usados por el ser humano en procesos industriales, domésticos, comerciales y de servicios. 

Comúnmente se habla de aguas negras (aquellas que contienen materia fecal) y de aguas grises que son las provienen del uso doméstico (por ejemplo, las producidas en la cocina o en los procesos de limpieza). Las aguas residuales quedan cargadas de una serie de contaminantes que afectan al ambiente y en particular a la salud pública (Organización Mundial de la Salud, 1974). Este problema se hace más evidente conforme aumenta el tamaño de los asentamientos humanos y actividades agro industriales, por lo que el tratamiento de las aguas residuales es un tema que según expertos debe pasar a tema prioritario.

Revista Piña de Costa Rica conversó con Johnny Miranda, técnico en tratamiento de aguas residuales de la empresa CP Ambiental sobre la importancia del tratamiento de aguas y residuos; para Miranda, el agua es el recurso básico para garantizar la vida de todos los seres vivos del planeta y, además, el acceso a agua, saneamiento e higiene es un derecho fundamental.

Miranda explicó que, sumado a lo anterior, hay que tener conciencia sobre el impacto de las actividades humanas y, en especial, en el sector piñero costarricense donde empresas ya caminan en los procesos de tratamiento de agua. “Todo es un conjunto, la separación de residuos, incentivar a todos a hacerlo, tratamiento de agua usada para lavar piña, de lavado de máquinas, de lavado de planta, trampas de grasa en lugares como sodas y, bueno, todo eso que debemos vigilar. Hay empresas que el agua la reutilizan pues puede usarse para regar pastos o jardines, así como hacer procesos de potabilización”, detalló Miranda Vindas.

A través del tratamiento de agua, un proceso con operaciones de distintos tipos (físico, químico, físico-químico o biológico) cuyo objetivo es la eliminación y/o reducción de la contaminación o de las características no deseables de las aguas. Es mediante estudios y mediciones como por ejemplo sólidos sedimentados, temperatura, oxígeno, y DQO, principalmente. La finalidad de este proceso es obtener agua con las características adecuadas al uso que se le quiera dar. Por eso, el proceso de tratamiento de agua varía en función de las propiedades de partida del agua y también de su uso final.

A pesar del reto financiero que puede significar, Johnny Miranda puntualiza que, medidas como una planta de saneamiento, mejora la calidad del agua y el impacto ambiental de forma directa en la empresa y lo que la rodea. Asimismo, detalló que los materiales de desecho como el sedimento o lodo también puede aprovecharse, pues si no hay un buen manejo del agua residual, los contaminantes presentes pueden regresar a la tierra. En cambio, cuando es tratada, el material orgánico puede enriquecer el suelo en forma de fertilizantes y abonos.

Acidez del agua potable

El pH, es la medición que se utiliza con el objetivo de clasificar el agua u otros líquidos en función de factores como su alcalinidad o su acidez. Normalmente, estas mediciones se ejecutan en una escala del 0 al 14, siendo 7.0 la medida neutra.

A partir de aquí, por encima de 8 puntos se consideran alcalinos y, por debajo, se consideran ácidos, teniendo siempre en cuenta que en estas medidas cada punto representa un cambio de diez veces en la acidez. Es decir, un pH 6 sería 10 veces más ácido que el pH 7. 

La piña tiene un pH entre 3.8 y 4.4, lo que la hace un líquido ácido, mientras que el café se sitúa en el 5. En el otro lado de la escala, con un pH del 12, tendríamos el agua caliza, por ejemplo. En el caso del manejo de aguas residuales con piña, se le hacen procesos especiales para poder nivelar el pH presente y poder ser utilizada, por ejemplo, para riego de pastos ganaderos que necesitan un pH entre 7 y 8.

Colaboración: 

Johnny Miranda Vindas. 
CP Ambiental.
Teléfono: (506) 8753-9677.

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