
Las líneas navieras están jugando un papel clave en el cerco económico que la comunidad internacional está estrechando en torno a Rusia tras invadir Ucrania y comenzar la guerra. Casi todas las 10 mayores –con la notable excepción de la china Cosco Shipping– y que son responsables de movilizar alrededor del 80% del comercio mundial, han dejado de aceptar reservas de carga rusa y los puertos.
Desde Europa hasta EE. UU., están rechazando los buques procedentes de ese país. Algunas empresas están optando por autosancionarse negándose a comprar productos rusos, aunque siga siendo legal hacerlo. Y a ellas se están sumando trabajadores portuarios y transitarios de todo el mundo.
De acuerdo con Bloomberg, los sindicatos de estibadores de Canadá, EE. UU. y Australia han tomado las medidas por su cuenta o están pidiendo a sus gobiernos que rechacen la entrada de buques mercantes rusos, tras la decisión del Reino Unido de hacerlo como parte de una creciente serie de sanciones contra el régimen de Vladimir Putin.

Paddy Crumlin, presidente de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF, por su sigla en inglés) aseguró que «los trabajadores de todo el mundo se muestran desafiantes en oposición a la invasión rusa, incluyendo a miles de trabajadores portuarios que muestran su solidaridad con el pueblo de Ucrania y su desprecio por la agresión de Putin».
De acuerdo con la ITF hay unos 1.522 buques de más de 500 toneladas brutas pertenecientes al registro ruso, la mayoría de los cuales son portacontenedores, graneleros y tanqueros, según las bases de datos de que dispone el sindicato internacional. Además, unos 200 buques no tienen bandera rusa, pero están registrados a nombre de armadores efectivos en Rusia.
Sumándose a las políticas de las líneas navieras, varios de los mayores transitarios del mundo han suspendido sus servicios a Rusia, alegando las crecientes restricciones impuestas por las líneas navieras y aéreas, que están cortando el acceso del país a las rutas comerciales mundiales.
Kuehne + Nagel y DB Schenker avisaron a sus clientes sobre la suspensión de los envíos desde y hacia Rusia por aire, tierra y mar. DSV A/S, además, suspendió las entregas a Bielorrusia, aliada de Moscú en el conflicto.
DHL, una unidad de Deutsche Post AG, por su parte, ya había interrumpido anteriormente la manipulación de envíos entrantes para Rusia.
Fuente: mundomaritimo.cl
